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Chicago Coalition to End Homelessness (CCH) está profundamente preocupada por los informes de que la Administración Trump planea expandir el uso ilegal e inhumano de la fuerza militar mediante el despliegue de tropas federales en Chicago. Sabemos por lo que ha sucedido en Washington, DC, que tales acciones perjudicarán directamente a los habitantes de Chicago que experimentan la falta de vivienda y tendrán efectos devastadores en nuestras comunidades. Se trata de un claro abuso de poder sin base justificable.

Trump intenta repetidamente equiparar la falta de vivienda con la delincuencia y el desorden, pero la realidad es justo la contraria: las personas sin hogar tienen muchas más probabilidades de ser víctimas de la delincuencia que autores de delitos. Criminalizar o institucionalizar a las personas simplemente por no tener un lugar al que llamar hogar no es más que un ataque selectivo y racista contra comunidades desproporcionadamente negras y marrones que ya han experimentado una historia de desinversión y desigualdad sistémica. En Chicago, el 70% de las personas que viven en la calle son negras, aunque los residentes negros sólo representan el 29% de la población total de la ciudad.

Lo que hemos visto en Washington es alarmante. Se ha desplazado a la gente por la fuerza a lugares desconocidos, se han destruido pertenencias y no se ha avanzado hacia soluciones reales. Tratar como delincuentes a las personas que se han visto obligadas a quedarse sin hogar no contribuye a resolver el problema, sino que agrava los daños. Gastar aproximadamente un millón de dólares al día en desplegar tropas es inconcebible cuando esos recursos podrían ayudar a las personas a conseguir una vivienda estable y empezar a reconstruir sus vidas.

Estas acciones despreciables se ven agravadas por la propuesta de presupuesto de la Administración, que incluye recortes catastróficos en la financiación de la vivienda, la asistencia alimentaria, la atención sanitaria y los servicios esenciales, las soluciones probadas para las personas sin hogar. Solo los recortes de Trump a la vivienda de apoyo permanente podrían llevar a 170.000 hogares a perder sus casas. Lo que las comunidades necesitan es inversión en vivienda y servicios de apoyo, no la militarización de sus barrios.

CCH se compromete a trabajar con socios estatales y locales, compañeros defensores y proveedores de servicios dedicados para prepararse para este potencial abuso de poder. Haremos todo lo posible para proteger a nuestras comunidades e impulsar soluciones que realmente nos hagan a todos más seguros: garantizar que todos los habitantes de Chicago tengan un lugar seguro al que llamar hogar y el apoyo que necesitan para prosperar.